En primer lugar, discutir la masculinidad tóxica en Internet, incluso la mera mención de ese término, lleva algunas personas a descartar cualquier argumento, al clasificarlo como 'inconsistencia feminista', por lo que aquí hay una definición del término: según el sociólogo Michael Flood, “[El término] se usa generalmente para referirse a las normas, tradiciones y estereotipos estrictos relacionados con 'ser varonil' que dan forma a la vida de niños y hombres. Estos estándares incluyen expectativas de que deben ser activos, agresivos, duros, audaces y dominantes ”. ¹
Con eso claramente establecido, surge la pregunta: ¿cómo se relaciona esta idea a la autoestima?
La evidencia más ejemplar es simplemente que este conjunto de comportamientos y visiones del mundo afectan negativamente no solo al resto de la población sino también a los perpetradores (hombres heterosexuales y cis). Un caso muy común es el del hombre que ha sido instruido a lo largo de su vida para seguir estos ideales: ser autónomo, arriesgarse, ser sexualmente activo, ser dominante en el lugar de trabajo. Este individuo, muy probablemente, ha internalizado estas lecciones y seguido su vida, hasta que en algún momento, cuando se supone que debe recoger las recompensas de su masculinidad, se ve obligado a enfrentar la realidad. Su autosuficiencia se valora cada vez menos en un entorno económico que valora la "interdependencia e interconectividad". La expresión exagerada de su sexualidad, en la gran mayoría de los casos de manera sexista e inapropiada, fue cuestionada por una sociedad que se preocupa cada vez más por la condición de la mujer. En ese punto, se pueden experienciar dos reacciones. La primera es que el hombre puede jurar venganza al mundo 'feminizado', viviendo de una manera que exprese toda su 'masculinidad', como si fuera una afrenta a las fuerzas que intentan destruirlo. Otra reacción, y más sensata, es cuestionar lo que se ha dicho.
El primero, concluyendo que el mundo quiere su extinción, vive cada momento en la defensiva, siempre paranoico, vinculando más a esos ideales ya restringidos, reduciéndose al punto de convertirlos en mantras. Es obvio que actuar de esta manera causa daño a todo y a todos los que le rodean, pero también a él mismo. Esta es una persona emocionalmente inestable y, debido a sus convicciones, JAMÁS lo admitiría. Ella debe seguir estrictos estándares estéticos; no muestra demasiada emoción porque es una "cosa de gay", etc. ¿Y si vuelve a fallar? En realidad, lo que lo llevó a llegar a este punto fue no ser capaz de lograr objetivos, incluso si son imaginarios e impuestos por fuerzas externas, él no piensa así y consecuentemente para él son verdades. Emocionalmente, ¿qué pasa con esa persona? Usar la palabra autoestima parece un eufemismo. Todo su valor se reduce a seguir tres o cuatro parámetros.
Comparar los dos ejemplos dados anteriormente es, fundamentalmente, una distinción entre ser consciente de tus faltas y negarlas por completo (en cuyo caso se convierten en virtudes). La segunda persona pasa por un proceso mucho más personal y depende exclusivamente de ella. Con esto vienen las presiones familiares a todo aquel que ha cuestionado sus verdades: "¿Siempre me he equivocado?" "¿Cómo puedo cambiar?" "¿Cómo lidiar con la vergüenza de ti mismo?"
Sustituyendo una conclusión, usaré este espacio al final del texto para resaltar algunas cosas que considero importantes: no, la masculinidad tóxica no afecta al hombre cis heterosexual más que a otros grupos. Pensé que era importante escribir sobre esta perspectiva porque, muchas veces, las personas del "ejemplo 1" se ven "victimizadas" por las voces progresistas, y incluso si están equivocadas, es importante comprender su punto de vista; sí, estos ejemplos son hiperbólicos para fines didácticos, ninguna persona, el "ejemplo 1", es tan simple como la que describí, sin embargo, esta es un post de blog, no una tesis académica. También quiero dejar aquí algunos temas que no mencioné, pero que son importantes en la discusión: la cultura 'incel' y la insurgencia política reaccionaria relacionada con la masculinidad, como el "Men’s rights Activists", ambos son una consecuencia del problema central del texto y, para la aplicación práctica de los temas expuestos aquí, recomiendo una mayor comprensión de estos grupos.
¹ tomado del texto "La masculinidad tóxica: una cartilla y comentario"
² Y. Joel Wong, en el artículo de Peter Hess para ‘Popular Science
Comments